EL SOCIO FDJ QUE LLEGÓ A LA CUMBRE DEL CERRO EL PLOMO

Publicado el 27 de julio de 2023

Con una altitud de 5.424 metros, el Cerro El Plomo es el punto más alto visible desde Santiago. En una expedición que duró cuatro días y tres noches, David Otero logró llegar a la cumbre y lo describe como la mayor hazaña de su vida. En esta entrevista, una historia de diabetes y superación: el primer intento fallido, la preparación posterior y un gran final. 

FICHA

  • Español  
  • 49 años  
  • Vive en Santiago hace 20 años  
  • Debutó el 2004 (hace 19 años, a los 30) 
  • Hobbies: montañismo, natación y fútbol. 
David Otero Valeta

TU DEBUT 

“Debuté justo después de subir el Cerro Leonera, a 5 mil metros de altura. Fue mi primer episodio con la diabetes: llegué a la cumbre, pero me dio un bajón terrible en la subida. Al bajar comimos y me recuperé. Al cabo de dos meses debuté. Empecé a perder peso, orinar mucho y estaba muy cansado”. 

Cerro Leonera, en medio de la Cordillera de Los Andea

EL DEPORTE EN TU VIDA 

“Me gusta la actividad física, porque sin ella no podría vivir. Me viene muy bien para mi condición y me sirve ponerme objetivos relacionados al deporte. Hace algunos años me puse como meta subir El Plomo, y lo logré el año pasado. Fue la mayor hazaña de mi vida”.  

EL PRIMER INTENTO 

Marzo 2022. “Fui con una empresa de expediciones de montaña, pero no llegué a la cumbre. La travesía era de dos noches y tres días. Realmente el azúcar se comporta de manera distinta en la altura, por eso no lo logré. Al llegar al campamento base estaba muy cansado y sentí taquicardia, por lo que decidí no seguir. Fue una decisión responsable. Luego me recomendaron un doctor especialista en montaña, que había preparado a profesionales. Lo fui a ver, le expliqué mi diabetes y mi fallido intento. Entonces me ayudó con pruebas de oxigenación para soportar con más facilidad la altura. Luego empecé a entrenar, subiendo cumbres menores”. 

Con una altitud de 5.424 metros, el Cerro El Plomo es el punto más alto visible desde Santiago.

EL SEGUNDO INTENTO 

Diciembre 2022. “Éramos seis en una expedición que duró cuatro días y tres noches. Llegué en auto a La Parva, nos reunimos ahí, revisamos el equipaje y empezamos a subir. Fue de jueves a domingo. Comenzamos a caminar estando a 3.600 metros de altura. Hicimos cinco horas de trekking suave y armamos el campamento en Piedra Numerada, un valle precioso con un río, donde llegan las mulas. Ahí comimos y acampamos. Al día siguiente llegamos a Federación, que es el campamento base del Cerro El Plomo. Ahí estábamos a 4.100 metros de altura. Ese trekking nos tomó cinco horas. Llegamos a las 14:00, montamos el campamento, y a las 20:00 estábamos durmiendo, porque al día siguiente vendría el ataque a la cumbre, el día más largo”. 

David Otero en el campamento que antecedió al día clave en el que atacarían la cumbre.

EL DÍA CLAVE 

“Ese día pasamos de 4.100 a 5.400 metros de altura. Nos levantamos a las 2 AM, desayunamos, nos vestimos y partimos a las 3 AM. Yo me sentía bien físicamente, pero desde los 5.100 metros me empecé a sentir mal y me vinieron los recuerdos del Leonera. Ese tranco final me costó mucho subirlo. El equipo me animaba mucho. Fue muy emocionante llegar a la cumbre, es preciosa. Llegas arriba y ves gente celebrando, es muy emotivo. Nos dimos abrazos, fue una experiencia que me marcó, un hito que lo veía como un desafío de vida muy grande. Me siento muy orgulloso, porque era uno de mis mayores objetivos desde que llegué a Chile”.    

LA GLUCOSA EN ALTURA 

“El azúcar en altura se descompensa, es difícil de controlar. No tiene nada que ver con el azúcar en Santiago.  Además, no hay mucha información al respecto, entonces uno aprende en base a experiencia. Estando arriba el azúcar se te dispara. Yo generalmente me pincho seis unidades de lenta al día. Arriba me pinchaba menos porque me regulaba con rápida. La altura es un hábitat totalmente distinto. El organismo te cambia, pero si te preparas no pasa nada. Nunca estuve bajo. La mayoría del tiempo estuve un poco alto, pero controlado. Lo importante es que el resto sepa de tu condición y qué hacer en caso de una hipoglicemia severa». 

LA ALIMENTACIÓN EN LA MONTAÑA 

“La alimentación fue igual a la del resto. Bastante carbohidratos, la verdad es que la alimentación en montaña no fue un tema. Me adapté al equipo y puse mis propias precauciones: algunas raciones extra de isotónica, entre otras cosas, siempre pensando en que si me da un bajón arriba es muy crudo y debes estar preparado”. 

UNA REFLEXIÓN 

“Es verdad que debes vivir acordándote y echando cálculos todos los días de la vida. Pero también es cierto que no impide realizar nada de tu día a día con normalidad. Te permite todo y si la llevas bien con deporte, te impulsa a tener hábitos muy positivos. Yo como de todo, me doy mis gustos, como todo el mundo”. 

UN MENSAJE A LA COMUNIDAD 

“No tengan miedo de hacer deporte, es algo que se puede hacer perfectamente. Anímense a hacerlo de forma segura. El deporte tiene mucha relación con nuestra condición, y nos trae muchos beneficios. Te entrega disciplina, metodología y orden, pero por sobre todo resiliencia. La dependencia de insulina es un cambio brusco en la vida de cualquier persona, pero si lo sabes llevar te convierte en una persona con muchas herramientas de adaptación y preparada para lidiar con cualquier cosa. Estoy abierto a que los interesados en montañismo me pregunten lo que quieran, encantado de darles tips y aconsejarles desde mi experiencia”. 

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