La importancia de tratar correctamente las Hipoglicemias

Publicado el 1 de agosto de 2019

El descenso anormal de la glucosa en sangre en un individuo que usa insulina, conocido como hipoglicemia, coloquialmente conocida como “baja”, está definido por una concentración de <70 mg/dl. Por lo general se acompaña de síntomas y signos que alertan a la persona o sus conocidos de que la baja puede estar ocurriendo.

Existen varias clasificaciones de la hipoglicemia, pero la división que aquí nos interesa es aquélla que distingue entre los episodios que se pueden auto tratar y la hipoglicemia severa, que es la que requiere ayuda de alguien más para poder resolverla, sin importar el valor de glucosa en sangre. Así entonces podemos tener personas con glicemias de 20 mg/dl que son capaces de tratarse solos y personas que experimentan una hipoglicemia severa con valores más altos. La importancia de esta separación es el tratamiento que se debe realizar en ambas situaciones. Ahora profundizaremos en este tema.

Equipo de Educación de la Fundación Diabetes Juvenil de Chile

Desde el punto de vista del funcionamiento del cuerpo podemos distinguir 2 tipos de síntomas: los primeros son generados en respuesta a la falta de azúcar, la que produce liberación de la hormona adrenalina (¡sí, la misma que liberamos frente a emociones intensas!), por lo que sentimos mareos, temblores, taquicardia, sudoración. Estos síntomas son llamados adrenérgicos.

El otro grupo de síntomas, los neuroglucopénicos, que significa falta de glucosa en el cerebro. Estos, se manifiestan como desconcentración e irritabilidad, pudiendo llegar en situaciones extremas a pérdida de consciencia y/o convulsiones. Es importante mencionar que la secuencia habitual de presentación de los síntomas es primero los físicos (adrenérgicos) y luego los mentales conocidos como neuroglucopénicos, lo que explica por ejemplo que una persona se despierte en la noche frente a una hipoglicemia, por la incomodidad de los síntomas físicos.

Siempre se debe confirmar la sintomatología con una medición de glicemia capilar, ya que hay síntomas compartidos con el fenómeno opuesto, la hiperglicemia. Una vez seguros de que estamos frente a una “baja”, se debe consumir un azúcar de absorción rápida, como tabletas de glucosa, jugos o bebidas azucaradas. Luego, es necesario esperar tranquilos a que la glicemia regrese a la normalidad. Por lo general para un adolescente o adulto, son suficientes 15 gramos de hidratos de carbono y se espera que la glicemia se normalice dentro de 15 minutos.

A veces es recomendable reforzar con hidratos de carbono de absorción más lenta luego de normalizar la glicemia, sobre todo cuando hay insulina dentro del cuerpo que seguirá haciendo efecto, a esta insulina se le denomina activa. En estos casos podemos dar, además del azúcar inicial, una fruta, un vaso de leche o una colación de 15 hidratos de carbono; si estamos próximos a una comida, podemos adelantarla.

En el caso de una hipoglicemia severa, el consumo de cualquier sustancia por la boca está contraindicado, ya que, al estar la persona inconsciente, podría ahogarse intentando tragar. En estos casos utilizamos la inyección de emergencia llamada glucagón, que es la hormona opuesta a la insulina, que eleva la glicemia ya que induce a liberar las reservas de azúcar desde el hígado.

Respecto al tratamiento de las hipoglicemias o “bajas”, es importante considerar que mientras más tiempo transcurre desde que nos damos cuenta del evento, es decir, la aparición de los síntomas y comprobación con una glicemia, hasta el consumo de azúcares de absorción rápida, mayor será el tiempo que nuestro cuerpo estará “luchando” frente a la hipoglicemia, liberando más adrenalina. Esto repercutirá en que el alza de glicemia posterior será mayor, produciendo a veces lo que se conoce como “rebote” que es un aumento exagerado de la glicemia, terminando con una hiperglicemia. Este fenómeno puede ser evitado con el tratamiento oportuno y adecuado.

ERRORES COMUNES

En nuestras asesorías educativas y en la experiencia del trabajo con personas con diabetes tipo 1, es común escuchar algunas conductas no apropiadas para el tratamiento de hipoglicemias. Aquí les presentamos algunos errores más frecuentes:

    • Tratar una “baja” con galletas, golosinas, chocolates, obleas chocolatadas o helados, no es recomendable debido a que estos productos tienen un proceso de absorción lenta, tardándose en subir la glicemia. Además, puede llevar a asocia- ciones no deseadas, por ejemplo: “cuando estoy bajo puedo/debo comer esas golosinas”.
    • Comer pan con mantequilla, manjar o mermelada tampoco es recomendable debido a su absorción lenta en comparación a los líquidos azucarados.
    • Intentar subir la glicemia con miel no es recomendable ya que es de difícil cálculo de carbohidratos, pudiendo provocar fácilmente efecto rebote o no alcanzando la dosis necesaria. El consumo de miel no está recomendado para menores de 3 años con o sin diabetes, debido al procesamiento artesanal al que es sometido el producto
    • Otro error frecuente es no esperar el tiempo correspondiente para hacer una nueva glicemia después de tratar la hipoglicemia. Si no se espera el tiempo adecuado (10 a 15 minutos), se pueden obtener resultados aún bajo y si se vuelve a tratar como hipoglicemia, el resultado será un rebote o hiperglicemia.

Frente a esto volvemos a recomendar el uso líquidos azucarados. Por ejemplo: agua con azúcar, bebidas con azúcar, pastillas o gel de glucosa. Recuerda que es importante revisar el etiquetado de los productos para consumir una porción adecuada para elevar la glicemia al rango deseado. 

RECOMENDACIONES

Aquí te dejamos algunos consejos, esperamos que te puedan ayudar:

    • Recuerda que es normal preocuparte por la posibilidad de tener una hipoglicemia. De hecho, es de los temores más frecuentes en las personas que viven con diabetes, por los riesgos que implican y por las sensaciones molestas que pueden generar. Hablar sobre estas experiencias puede ayudarte a reconocer mejor tus sentimientos y pedir ayuda para regular los temores si lo necesitas.
    • Lo más importante es aprender a prevenir las hipoglicemias y, en caso de que ocurran, estar preparados para tratarlas como corresponde. Para esto, ten en cuenta que irás aprendiendo cada día más a conocer tu cuerpo e identificar los síntomas de la hipoglicemia. Estos te alertarán sobre lo que está ocurriendo y serán una señal para hacerte cargo de ella.
    • Lleva contigo siempre tu tratamiento para las hipoglicemias: azúcar, glucosas, líquidos con azúcar. Así, en caso de que ocurra una hipoglicemia, siempre tendrás cómo tratarla y esto aumentará tu confianza en que puedes manejar esas situaciones.
    • Es normal tener miedo, pero es indispensable aprender a manejarlo si sientes que es muy intenso. A veces por temor, las personas mantienen altos los niveles de glicemia o desarrollan conductas para evitar situaciones que podrían producir una hipoglicemia, como, el ejercicio por ejemplo. Pero esto genera a la larga muchas desventajas, por lo que es fundamentalbuscar estrategias que te aporten seguridad y permitan mantener un buen control metabólico. Un ejemplo de estrategia, si estás acompañado, es comunicarle a alguien que estás teniendo una hipoglicemia.
    • Es recomendable que las personas con las que más compartes, sepan que tienes diabetes y que conozcan, más específicamente, qué hacer en caso de una hipoglicemia si es que necesitas su ayuda
    • Usa una identificación que explicite que tienes diabetes tipo 1 y a quiénes contactar en caso de emergencia, por si llegas a necesitar ayuda con una hipoglicemia estando en la calle.

Si eres el papá o mamá de alguien con diabetes:

    • Intenta mantener la calma, los niños podrían percibir tu inquietud y esto podría influir en cómo ellos se tomen la situación. Es especialmente importante cuidar el lenguaje no verbal para evitar que ellos se estresen.
    • En caso de ser un niño pequeño que no entiende todavía qué sucede, es importante explícale lo que ocurre; no le digas que “no pasa nada”, sino que es mejor enseñarle qué es lo que está sintiendo y decirle qué es recomendable que haga en esos casos.
    • Lleva un registro y busca identificar cuáles son las causas de la hipoglicemia, tratando de no culpar a tu hijo por eso, sino que para aprender porqué ocurrió prevenirlo en el futuro.
    • Enséñale a reconocer sus síntomas (asociando la glicemia con sensaciones corporales) y ayúdalo a identificar qué debe hacer cuando ocurren. Según la edad, será recomendable que se acerquen a un adulto y pidan ayuda; si ya son adolescentes, pueden además de eso, ellos mismos medirse la glicemia e ir tomando decisiones sobre cuánta azúcar deben ingerir de acuerdo al resultado.
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    • Ayúdalo a expresar lo que siente con las hipoglicemias. Al incluir síntomas desagradables, puede que tu hijo necesite desahogarse y es bueno que sepa que puede contar contigo para hablar sobre eso.

Si tienes más dudas puedes consultar con nuestro Equipo de Educación a través de las asesorías personalizadas, en donde podrán profundizar en este y otro temas sobre el tratamiento de la Diabetes Tipo 1. Reserva una hora de atención de manera presencial en nuestras sedes o llamando al (2) 2367 3927.

Puedes leer este y otros artículos en la Revista Diabetes Control N°44, en su año 30. 

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